La cocina jordana, marcada por su ubicación estratégica en las rutas de caravanas árabes que transportaban especias de la India y arroz de Egipto, ha asimilado numerosas influencias y tradiciones de sus países vecinos, en especial de Turquía y Siria, dando como resultado una gastronomía rica y con una enorme variedad de recetas.
Los platos jordanos satisfacen a todos los gustos, incluso a las personas que más se preocupan por su salud, ya que muchos de ellos están preparados con cereales, yogurt, frutos secos, verduras y frutas.
Las comidas jordanas normalmente constan de varios aperitivos, un plato principal, postres, té dulce de menta o café aromatizado con cardamomo. Se puede comenzar con un mazzeh, una mezcla típica de aperitivos que normalmente se toman antes del plato principal, o bien eligiendo los aperitivos por separado, desde hummus (crema de garbanzos servida con una pasta de semillas de sésamo, ajo y limón) hasta baba ghanouj (puré de berenjenas y pasta de sésamo) o kubbeh (albóndigas fritas hechas de carne, trigo y cebolla).
El plato principal por excelencia de Jordania es el Mansaf, una especialidad beduina a base de cordero sazonado con hierbas aromáticas, cocinado con yogurt seco y servido con arroz, almendras y piñones.
El kebab (cordero con especias en brocheta y cocinado sobre carbón), el jaaj mashwee (pollo asado) o el waraq dawalee (hojas de parra cocinadas al vapor con arroz y carne) son otras recetas tradicionales.
De entre todos los postres, probablemente el más famoso sea el baklava, masa de hojaldre rellenas de frutos secos y bañada en miel. El knakeh (cereales con queso de cabra cocinados en almíbar) es otra alternativa igualmente deliciosa.
Hoy os propongo un entrante de preparación rápida y sencilla que habitualmente se sirve entre los mazzeh que dan inicio a la comida. Se trata del Mtabbal Kousa, un delicioso pâté de calabacín que, acompañado de un buen pan pita o pan lavash, hará las delicias de vuestros comensales.
Ingredientes:
2 Calabacines medianos
2 cs de aceite de oliva
2-3 dientes de ajo picados fino
2 cebollas medianas picadas finamente
4 cs de yogur natural
1 cp de tahini
1 1/2 cc de menta seca
1 cc de pimienta blanca
1/4 cc de canela molida
Sal al gusto
Pan pita o lavash para acompañar
Menta fresca para decorar
Preparación:
Esta receta la podemos elaborar con diversas cocciones del calabacín. Una primera opción es hacer unos cortes profundos al calabacín con la punta del cuchillo, envolverlos con papel de aluminio e introducirlos en el horno a 180 ó 200 ºC unos 30 minutos para que queden bien tiernos.
Mientras tanto, pelamos y picamos la mitad del ajo y la cebolla muy finos, y los ponemos a freir en el aceite de oliva a temperatura media hasta que adquieran un color ligeramente dorado.
Cuando los calabacines estén en su punto los retiramos del horno y cortamos las puntas. Si queremos podemos retirarle la piel. Para ahorrar tiempo se puede cocer el calabacín con un poco de agua y luego asarlo para darle más sabor.
Estrujamos el calabacín para retirar el exceso de líquido y que nuestro paté no quede aguado. Seguidamente, en un mortero, machacamos el calabacín junto con la cebolla y el ajo. Si no hemos retirado la piel ésta se irá desprendiendo sola y la podremos sacar fácilmente. También podemos pasarlo por un procesador de alimentos. Yo utilizo este sistema.
La segunda opción es freír el calabacín bien picado, incluida la piel, junto con la cebolla y la mitad del ajo, de forma que elimine el agua durante la cocción.
Cocemos los calabacines durante 15 minutos a temperatura media, removiendo constantemente para que no se pegue a la sartén, e igualmente lo majamos en un mortero o en una picadora eléctrica.
Ya sea con el calabacín preparado de una forma u otra, vamos poniendo la pulpa machacada o triturada en un bol, añadimos el yogur y el tahini, y mezclamos. Condimentamos el paté de calabacín con el resto de ajo picado, la menta seca, la pimienta blanca y la canela molida. Salamos al gusto y mezclamos. Si deseamos hacer la receta algo más ligera, podemos dejar de que añadir el yogur, pero es más sabroso con yogur.
Ponemos el paté en el plato de servir y decoramos con un poco de menta fresca.Calentamos el pan de pita o el pan lavash árabe y servimos junto al paté.
Espero que os guste y que lo disfrutéis.